Klaus Mayer se había sentido muchas veces avergonzado en su vida. Aquella tarde, en la final de saltos de trampolín, Klaus Mayer creyó haber llegado a la cima del ridículo cuando segundos antes de saltar se dio cuenta de que no llevaba bañador. Deseó entonces, con todas sus fuerzas, que se lo tragara la tierra. No obstante, tomó impulso y dio una primera vuelta en el aire.
Mientras comenzaba el segundo giro, el público se levantó de los asientos espantado al comprobar que el agua de la piscina había desaparecido. Se escucharon algunos gritos de pánico en el recinto olímpico, pero Klaus traspasó el suelo y desapareció succionado por alguna fuerza misteriosa.
La tierra vomitó a Klaus Mayer tres años después en un concurso de patinaje artístico. Por supuesto, iba sin bañador.
(La ilustración para este microcuento es de Vera Langmann)
(La ilustración para este microcuento es de Vera Langmann)
Hermoso cuento... felices vacaciones...
ResponderEliminarSaludos frios desde Buenos Aires...
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Gracias Alexiev,
ResponderEliminar¿qué tal van tus proyectos al otro lado?
Un beso.
Bonito y ocurrente cuento, así que espero que nos ocurra algo parecido, que desaparezcamos del trabajo durante un tiempo y aprezcamos en septiembre con las pilas puestas y bien cargadas. Un beso
ResponderEliminarHola Bea, me encantan tus cuentos, son muy especiales. Un beso muy fuerte y que pases un buen verano. Ya nos vemos en el insti.
ResponderEliminarmarga
...Me gusta, muy ingenioso. :-)
ResponderEliminarBicos galaicos y veraniegos.
¡Hola Gregorio, Marga y Paz! Me alegra que os guste el cuento de Klaus Mayer. Feliz verano con o sin bañador. Nos vemos pronto. Un beso a los tres.
ResponderEliminarExcelente, Beatriz1
ResponderEliminarGosto muito de microcontos, e também de ficção surrealista.
Esse conto me tocou também por uma impressionante, incrível, surreal coincidência. Conheci um Klaus Mayer, grande fotógrafo alemão que veio para o Brasil e nunca mais voltou para sua terra. Morreu há uns dez anos... ao saltar pela janela!
Um abraço
Muchas gracias por tu comentario, Tuca. Es curioso cómo esas pequeñas imágenes que uno sueña ya han sucedido de otra forma en otros lugares y en otro tiempo. Un fuerte abrazo.
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