Todos los que han sido mis alumnos tienen algo en común: han recitado algún poema para mí, para los compañeros de clase, para sus padres, para otros profesores, para niños de Primaria y de Infantil. Han declamado en aulas, calles, campos, salones de actos, bibliotecas, residencias de ancianos, en sus casas y en sus propias habitaciones. También he tenido la suerte de recitar con ellos en muchos lugares (institutos, colegios, bibliotecas, centros culturales, teatros...) y con el grupo Lengua de Trapo con el montaje Jirón de Versos (me sigo acordando mucho de vosotros más de veinte años después).
A todos los que me habéis emocionado alguna vez, que soy muchos, os doy las gracias. Aquí os dejo uno de los últimos poemas que ha llegado a mis manos en estos tiempos extraños. Se trata de La canción del pirata, de Espronceda, en la versión de mi alumno David, de 2º de la ESO.
Espero que os guste. Gracias, David, por la generosidad de compartirla.
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