viernes, 29 de enero de 2010

Las bibliotecas de la imaginación...

La biblioteca de la ciudad de Neetham es una mujer. Una mujer de cabellos blancos que conoce todos los cuentos y poemas, las novelas escritas y las que aún no se han imaginado, el origen de las palabras, los mitos y las leyendas. Los habitantes de Neetham salen por las noches a las calles, se sientan en las aceras y esperan. Cuando se hace el silencio, la voz de la anciana se desliza como un río por cada rincón de la ciudad. Y así es como en Neetham se puede leer con los ojos cerrados.

12 comentarios:

  1. En la biblioteca de mi barrio, una vez a la semana, los libros salen a la calle para poder limpiar las estanterías. Ese día, los amantes de los libros salen a las terrazas, a la calle y, como pueden, atrapan ese libro que anhelaban y tanto buscaban. Qué ilusión me hace ver a los libros volando de un lugar a otro, como si de una ventisca de libros se tratara. A veces las letras salen a saludar a los pájaros o a posarse sobre una rama. Si consigues atrapar un libro, la bibliotecaria solo te pide una cosa, que lo vuelvas a colocar en su estantería correspondiente y en buen estado, con todas sus letras. Me parece mentira que aún no se haya extraviado ningún título, mi vecina dice que no le extraña porque los libros son felices en esos paseos semanales y que no se los perderían por nada del mundo.

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  2. Dicen que fue una señora bibliotecaria obsesionada por la limpieza y el orden: lejía, jabón, estropajo y mucho, mucho empeño.
    En Abbandon quisieron tener la biblioteca más limpia del mundo y organizaron equipos de limpieza para conseguirlo. Tanto afan pusieron que acabaron por borrar las letras, los dibujos, las anotaciones... Todo en aras de realzar la blancura inmaculada del papel.
    La cumbre de la limpieza y la perfección se había conseguido. Los libros brillaban como piedras preciosas ordenados en sus estanterías.
    Los vecinos de Abbandon estaban orgullosos de su trabajo pero, poco a poco, los niños, los abuelos, las amas de casa, los estudiantes, los jóvenes, dejaron de ir a la biblioteca porque ya no les resultaba interesante.
    Hoy en Abbandon ya no vive nadie.

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  3. En la biblioteca de mi ciudad los libros nacen de la imaginación de sus habitantes. Cada uno de ellos tan diferente, tan peculiar; con sus sueños y universos, sus alegrías y sus miedos. Aquellos que acuden a la biblioteca buscan, y encuentran su propia historia, nacida de un libro en blanco que sus mentes alimentan con letras, con palabras. Y así, cuando abandonan este lugar, dejan un pedacito de su ser, que perdurará junto al resto historias, al alcance de los demás.
    Los libros hablan entre ellos, cada noche cobran vida y crean nuevos universos, nuevos relatos llenos de aventuras, de palabras, de pensamientos.
    La biblioteca de mi ciudad es infinita, como un océano de letras que se pierde en la inmensidad de los sueños e ilusiones de sus habitantes; es testigo de la vida de los habitantes, de su propia vida.

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  4. La biblioteca de la imaginación no puede ser una sola, y ni siquiera es la misma durante una semana ni para todas las personas: cambia para cada uno y a cada momento.
    A mí la última vez, de nuevo, me sorprendió traspasar las puertas de un edificio que a nadie llamaría la atención y que me recibiera cierto olor a tierra húmeda y humus. Así, fui conducida durante durante un tiempo por sonidos de monos aulladores y cantos de aves exóticas. Cambié de habitación, y tuve que rascarme la nariz porque el aire de repente aparecía cargado de incienso y de flores, mientras que a lo lejos se escuchaban los trajines de un mercado. Y por fin me acarició una ráfaga cargada de salitre y alguna que otra salpicadura de agua; oí a una vela desplegarse y cómo las olas chocaban contra la madera; tuve que agarrarme a la borda para no caerme, y casi sin darme cuenta abrí los ojos. En mis manos tenía LA ISLA DEL TESORO, y en mi corazón el presentimiento de que había encontrado justo lo que buscaba.

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  5. Dicen que en algún lugar, suspendida por hilos de cuentos, planea, viene y va, la biblioteca voladora. Que sus libros parten en bandadas, siguiendo al viento.
    Dicen que antes de su llegada, se hace un silencio rarísimo, que poco a poco va llenándose de historias, letras que caen como lluvia fina, frases que revolotean, versos como halcones funambulistas, que se suspenden entre nube y nube.
    Bandadas de libros, que van de Norte a Sur, de Oeste a Este, llevando historias viajeras, cuentos y poesía a los rincones más lejanos.
    Cuentan, que para reponerse de sus largas travesías, en cada nuevo destino, buscan un lugar reparado para anidar. Allí se quedan, hasta que de las historias nacen historias y sueños de las poesías.
    Cuentan que solo entonces, la bandada de libros bate sus hojas y, una vez más, alza el vuelo.
    Cristina Falcón.

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  7. Cada mañana, ella leía mientras Juan ordenaba los libros en las estanterías de la vieja biblioteca; ella buscaba en las páginas, con ojos ansiosos , universos que rellenaran las grietas de su alma; él la observaba y comprendía….y colocaba esos mundos ante su mirada. Sin saberlo, allí se amaban.

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  8. "Creo que estuve una vez ¿o tal vez lo he soñado?... La biblioteca de los Lunáticos es una enorme torre blanca, un enorme cilindro de gruesa pared, horadado por cientos de pequeños orificios, a través de los cuales el viento interpreta un canto de susurros que atraviesan la torre en todas las direcciones, y de esas estelas de murmullos a veces caen palabras perdidas que escriben páginas inventadas en el blanco marfil de la torre. En el interior recorriendo su muro circular hay una escalera de cristal que sube hasta el infinito, y cuando subes por ella en tu cabeza se entrecruzan las historias que el viento silba desde cada agujero. Dicen que quien sube más allá del duodécimo escalón ya no distingue entre lo real y lo imaginado, por eso aquellos que se creen cuerdos tienen miedo a entrar"

    Sigue escribiendo cosas bonitas. Un abrazo. CArmen F.

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  9. En el país del Mas Acá la biblioteca de la imaginación estaba ubicada en un edificio con forma de lapicero. Al entrar se percibía un suave olor a polvo de talco, porque en esta biblioteca los libros eran creados por la inocencia y la magia de los bebés. las páginas de sus libros son tiernas y risueñas, incluso en alguna ocasión se pueden encontrar en ellas pequeños charquitos de leche, y se ha escuchado algún que otro hipo infantil...lo que molesta enormemente a su bibliotecaria, alquien mayor del país del Mas Allá, con la inocencia perdida.
    En esta biblioteca tenían un gran problema; las hojas de los libros aparecían siempre dobladas, causandoles un enorme dolor a los pobrecitos, porque los bebés no sabían qué hacer para señalar su lectura sin dañar las hojas...hasta que un día el Hada Beatriz visitó la biblioteca del país del Mas Acá cargada con preciosos marca páginas y solucionó para siempre su problema.
    Ahora todos los libros sonríen aliviados con su regalo.

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  10. Gracias a todos por participar con vuestras palabras para las bibliotecas de la imaginación. Espero que más gente se siga animando a crear nuevas pequeñas imágenes cuando lea las vuestras. Un beso muy fuerte y buen día.

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  11. Al entrar Alicia vuelve a estar tras el mostrador. Los años no han pasado por ella: su largo pelo recogido de mil formas es el mismo, sus ojos que van de un lugar a otro cada uno a su aire sin un camino.
    -Hola Ali, no sé que llevar ¿qué me recomiendas?. Ella se levanta ufana y se pasea por delante de las estanterías, resuelta, segura.
    -Mira este, es de unos chicos que...
    o este otro... seguro que te gustará. También puedes probar con algo nuevo, ¿has leído poesía?, ¿y una obrita de teatro?.
    Ali es la bibliotecaria con la que tod@s soñamos, convive aún en aquella primera biblioteca, de rancios fondos que ella custodia, conoce y cuida para que se mantengan vivos. Para que ellos nos den un poco más de vida a nosotros, sus lectores.
    A los que nos conoció hace tantos años.

    No es la biblioteca de mi imaginación, fue mi primera biblioteca, húmeda, mustia, pequeña y con pocos fondos. Ahora parecería imaginaria, imposible. No es una biblitecaria inventada, es ella, allí estaba ALICIA la bibliotecaria incombustible, y esto es un poco para todos y un poco para ella. No sé porqué se me coló.

    Un beso muy grande Beatriz. El otro día te vi caminar por la calle, yo iba en el coche con mis peques... es curioso, irradias al andar lo mismo que cuando hablas. En realidad no es curioso, es genial.

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  12. La idea de ilustrar algunos de estos preciosos textos es una propuesta a la imaginación? Me encantaría.
    Un abrazo y felicidades a todos por vuestras historias

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